Fertilizar recomendó cómo mejorar los rendimientos de soja en la campaña 2016/17 aplicando una nutrición balanceada

Desde Fertilizar AC explicaron que se puede aumentar el rendimiento en soja con un mejor manejo nutricional que permita expresar todo el potencial de las nuevas variedades. La fertilización balanceada con fósforo, azufre y micronutrientes, sumada a una correcta inoculación, son herramientas que tienen una enorme posibilidad de mejora, frente a lo que hoy se utiliza en nuestros campos. La relación insumo producto es la mejor de las últimas tres campañas, por lo que es un excelente momento para aumentar la fertilización y maximizar los rendimientos.

Haciendo referencia a la campaña de soja, Víctor Accastello, Vicepresidente de la entidad, señaló que la relación insumo producto de la actual campaña es muy similar a la de 2013 y mucho más ventajosa que la de la campaña pasada, debido a la suba del precio de la soja y al menor precio de los fertilizantes fosfatados. “Respecto del superfosfato simple, fertilizante muy ligado a la soja, su precio cayó un 15% en dólares y ambos factores hacen que la relación insumo producto mejore sustancialmente respecto del año pasado”, comentó Accastello. Este escenario hace prever una mejor fertilización de este cultivo, donde algunos productores comiencen a aplicar fertilizante por primera vez, ya que se estima que un 40% de la superficie de soja no se fertiliza. “Las dosis de aquellos que fertilizan deben ser más altas para aprovechar el potencial de rendimiento”, agregó.

De estos datos surge que el mercado argentino de fertilizantes para 2016 se proyecta en 3,5 millones de toneladas, algo menor a las 3,7 millones que Argentina consumió en 2007 y 2011. Igualmente es un gran salto respecto de las 2,5 M de toneladas del año pasado, y una buena noticia para los suelos, ya que actualmente sólo se repone una parte de los nutrientes que los cultivos se llevan con los granos.

Finalmente, Accastello compartió los resultados de una red de ensayos de Fertilizar en los que con una aplicación media de 60 kg/ha de fosfato se obtiene una respuesta de 322 kg más de rinde respecto de un lote sin fertilizar en soja. Para esos 60 kg, el productor invierte 27 dólares por hectárea, lo que le representa un ingreso neto de 34 dólares netos por ha. “Por eso afirmamos que fertilizar es el mejor negocio que puede hacer el productor agropecuario”, concluyó Accastello.

Estrategia de fertilización para soja
El Presidente de Fertilizar, Jorge Bassi, habló sobre las recomendaciones en la fertilización de soja, con datos que confirman los beneficios de la utilización del paquete tecnológico disponible.

Bassi explicó que existe una brecha importante entre el rendimiento alcanzado a campo y el lograble y que los factores nutricionales y de suelos, son responsables de buena parte de estas diferencias. “El cultivo de soja, a pesar de los evidentes avances genéticos, está estancado en el rendimiento promedio en nuestro país. Esto no es tan sorprendente si tenemos en cuenta que la caída en los nutrientes disponibles de los suelos no fue compensada con un aumento en el uso de fertilizantes en este cultivo”.

Además precisó que en los suelos pampeanos ha caído la materia orgánica, el fósforo y también algunos micronutrientes asociados como el boro. Al mismo tiempo, destacó que la dosis media utilizada cayó mucho en los últimos años generando una merma en los rendimientos. “Los ensayos de los últimos años demuestran que en soja la respuesta a fósforo en suelos con bajos contenidos de este elemento, puede alcanzar los 1000 kg/ha, si se trabaja adecuadamente la fertilización. Además se ha demostrado una respuesta promedio de 240 kg/ha al agregado de azufre y 200 kg/ha a las aplicaciones foliares de boro. Otros nutrientes como el zinc y el manganeso, también han mostrado resultados interesantes”, señaló Bassi.

Por otra parte, sostuvo que los potenciales en soja se alcanzan sumando a la inoculación una fertilización balanceada, donde el sistema no se vea limitado por ninguno de estos nutrientes. Al respecto precisó que muchos productores con lotes bajos en fósforo, se quedan a mitad de camino de lo que podrían producir ya que utilizan una dosis baja a la siembra. En cuanto a nitrógeno señaló que las bacterias del suelo fijan el 60% de la necesidad de este nutriente y que el funcionamiento de los nódulos mejora notablemente con la nutrición de fósforo y azufre. “La fertilización con micronutrientes es ya una realidad y la experiencia demuestra que el paquete integrado de todos los nutrientes necesarios, da mayor estabilidad a los cultivos”. Como ejemplo citó un lote de soja en Las Rosas, en el cual el lote testigo sin fertilizar dio 3.500 kg/ha contra 4.800 kg/ha de otro fertilizado con las dosis adecuadas de fósforo, azufre y boro.

Concluyó que los ensayos demuestran una posibilidad de mejorar rendimientos que en muchas regiones promedia el 20%.

El testimonio de un productor
Finalmente, Gustavo Mandolini, ingeniero agrónomo y productor de la zona de Villa Cañas, Sur de Santa Fe, describió su experiencia en campañas anteriores, cómo vive la presente campaña y cómo entiende que el paquete tecnológico debe adecuarse en el actual contexto.

Señaló que “cuando empezamos a fertilizar comenzamos a ver el campo como un sistema y comprendimos que la fertilización no era un gasto, sino una inversión”. Agregó que “la fertilización de fósforo es como hacer un plazo fijo en nuestro suelo, que permanece en el mismo y da beneficios en el tiempo. A tal punto, que también, nos dio una estabilidad de rendimiento que ronda en los 4.300 kg/ha con picos de 5.000. Con las actuales expectativas de relación insumo producto podemos volver a pensar en ir retomando la rotación habitual abandonada en años anteriores por falta de rentabilidad”. Precisó que “al avanzar con altas dosis de fertilización, también modificamos algunas actividades como adelantar la fecha de siembra, para evitar el excesivo crecimiento de la planta de soja. También modificamos la forma de aplicar el fertilizante, de forma tal, que al cosechar el cultivo antecesor aplicamos el fertilizante inmediatamente al voleo para facilitar la aplicación de altas dosis y su incorporación con las sucesivas lluvias”.

Respecto de la implantación, explicó que en los años pasaron de los 52 cm a los 35 cm entre hileras con variedades de alto potencial de rendimientos, dándole mucha importancia a la inoculación y a la aplicación de funguicidas en semilla. Finalmente destacó que “habiendo fertilizado fuerte a la siembra, es un error no darle el último toque al cultivo, aplicando los micronutrientes necesarios”.